viernes, 10 de enero de 2014

la magia

Magia, arte de influir en el curso de los acontecimientos o adquirir conocimientos por medios sobrenaturales. La magia está relacionada con la alquimia, el ocultismo, el espiritismo, la superstición y la brujería.

El término deriva de la palabra magi (magia), uno de los elementos religiosos babilónicos que fueron incorporando los magos, casta de sacerdotes de la antigua Persia que se ocupaban de todo lo relacionado con lo oculto (véase Religión de Babilonia). Los griegos y romanos también practicaron la magia. Según los antropólogos, este tipo de creencias existen en la mayoría de las culturas primitivas. Sin embargo, ciertas prácticas, como la buenaventura, la comunicación con los muertos, la astrología y la creencia en los números y amuletos de la suerte, se han perpetuado en las culturas más avanzadas.

En las sociedades más simples, la magia se sirve de todos los conocimientos disponibles, incluidas las técnicas científicas y médicas. La ciencia moderna tiene su origen en prácticas y creencias mágicas. De este modo, la alquimia medieval estimuló el desarrollo de la química y la física modernas, y la astrología sentó las bases de la astronomía.

La magia se divide en dos categorías principales: blanca (o del bien) y negra (o del mal). La magia blanca se puede emplear para eliminar o paliar los efectos de la magia negra, que se invoca para matar, hacer daño o satisfacer el propio egoísmo. Durante la edad media, la magia negra se asociaba a la brujería, la hechicería y la invocación de los demonios.

Las prácticas mágicas pueden agruparse en cuatro categorías. La primera, llamada ‘magia simpática’, se basa en el simbolismo y la realización de los deseos. Para lograr el efecto deseado se recurre a la imitación o el uso de ciertos objetos asociados. Así, por ejemplo, se piensa que es posible hacer daño a los enemigos clavando alfileres en una imagen que represente su persona, recitando sus nombres en un conjuro o quemando cabello o uñas de su cuerpo. Del mismo modo es posible adquirir la fuerza, la velocidad o la destreza de un animal comiendo su carne o empleando instrumentos fabricados con su piel, sus cuernos o sus huesos. La práctica del canibalismo se basaba en la creencia de que al comer la carne del enemigo se adquirían sus cualidades, principalmente la valentía.

La segunda es la adivinación, adquisición del conocimiento secreto a través del sortilegio (echar la suerte), el augurio (interpretación de presagios o portentos), la astrología (interpretación de las posiciones y conjunciones de las estrellas y los planetas) y la lengua (mensajes emitidos por personas en estado de trance, ministros del oráculo o médiums).

La tercera forma de magia recibe el nombre de ‘taumaturgia’ —o capacidad para obrar milagros— que engloba la alquimia, la brujería y la hechicería.

La cuarta y última modalidad es el encantamiento o recitación de conjuros, versos o fórmulas que contienen los nombres de los seres sobrenaturales o las personas a las que se pretende ayudar o dañar. Por lo general, los ritos mágicos se basan en la combinación de todas estas formas.

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